Torres de aprendizaje en la cocina: convertir lo cotidiano en una experiencia familiar segura

Las torres de aprendizaje son cada vez más populares, sobre todo en la cocina, donde permiten cocinar y hornear junto con los más pequeños. Pero, ¿qué hace que la torre de aprendizaje sea una ayuda tan práctica en la vida diaria, especialmente en esta habitación? Aquí veremos por qué una torre de aprendizaje como FELIX de tiSsi® es una verdadera ventaja para padres e hijos, especialmente en la cocina.

En igualdad de condiciones desde el principio

A los niños les encanta participar activamente, sobre todo cuando los padres trabajan en la cocina. Mientras la superficie de trabajo está fuera de su alcance, una torre de aprendizaje permite a los niños situarse de forma segura y estable a la altura de los ojos de sus padres y participar en la acción. Esto les permite observar lo que ocurre mientras cocinan y hornean y, a menudo, incluso ayudar ellos mismos, ya sea removiendo, pesando ingredientes o cortando galletas.

Fomento de la autonomía y la motricidad

En la torre de aprendizaje, los niños no sólo pueden mirar, sino también probar muchos de los movimientos por sí mismos, de pie y de forma segura. Esto fomenta tanto su independencia como sus habilidades motrices. La oportunidad de realizar tareas sencillas en la cocina aumenta la confianza en sí mismos y despierta el entusiasmo por la comida sana y la convivencia. Con los utensilios de cocina adecuados, los pequeños pronto serán capaces de cortar fruta o amasar pasta.

La seguridad ante todo

En la cocina hay muchos peligros: ollas calientes, cuchillos afilados y suelos resbaladizos. La torre de aprendizaje crea una plataforma segura que es estable y no puede volcar. Modelos como la torre de aprendizaje tiSsi® "FELIX" ofrecen incluso una base regulable en altura que puede adaptarse perfectamente a la estatura del niño. La madera de haya y el diseño bien pensado de los productos tiSsi® garantizan la máxima estabilidad, incluso cuando los pequeños exploradores se mueven con entusiasmo.

Un lugar para pasar tiempo juntos y aprender

La cocina es a menudo el centro de la familia, y una torre de aprendizaje brinda la oportunidad de compartir juntos estos preciosos momentos. Los niños aprenden formando parte de la experiencia y pueden integrarse en la vida cotidiana. Al mismo tiempo, se crea una cercanía que a menudo se descuida en la ajetreada vida cotidiana, porque padres e hijos están a la altura de los ojos y viven el momento juntos. Por lo tanto, una torre de aprendizaje no es sólo una herramienta, sino también un mueble que refuerza la cercanía y los lazos familiares.

Flexibilidad práctica: la torre de aprendizaje tiSsi® FELIX como ayuda en el día a día

La torre de aprendizaje FELIX de tiSsi® no sólo es adecuada para la cocina, sino que también puede utilizarse de forma flexible, por ejemplo, en el baño para lavarse las manos o los dientes. Gracias a su altura regulable y a la madera de haya maciza, crece con el niño y sigue siendo un compañero seguro durante mucho tiempo. tiSsi® también se centra en la sostenibilidad: los materiales y la producción no contienen sustancias nocivas y son respetuosos con el medio ambiente, para que los padres puedan sentirse seguros.

Con una torre de aprendizaje en la cocina, la vida cotidiana no sólo se vuelve más práctica para padres e hijos, sino también un tiempo lleno de valiosas experiencias compartidas. Los más pequeños aprenden jugando a manejar los alimentos y los electrodomésticos de la cocina y se sienten parte de la vida familiar en pie de igualdad.

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